Así califica mi amigo Nicola el hecho de reconocer a la persona que metió el gusanillo de la pesca en nuestro coco Caranx.net , en mi caso y supongo que como en el 90% de todos el responsable fue y es mi Padre.
Nací en Gran Canaria pero a los diez días ya estaba en Villa Cisneros, antiguo Sahara Español, un paraíso para la pesca en aquellos años 60/70, desde bien pequeño estaba rodeado de cañas, jornadas de pesca y pescado, mucho pescado.
Aquello llegó a su fin en 1975 y la cosa continuó en Gran Canaria con jornadas de pesca de otra índole en la bahía de Gando, gueldes, fulas, bogas, viejas y como cosa normal en un joven hasta el submarinismo fue mi entretenimiento en los fines de semana, pulpos, chocos, morenas, leguados, tapaculos fueron mis capturas con el pequeño “mini-falcón”.
Luego el destino quiso que dejase atrás la isla y tomara rumbo a Madrid y allí no hay playa...me alisté como voluntario en la Brigada Paracaidista y finalizado el periodo de instrucción me destinaron a Alcalá de Henares y allí hay un río, el Henares, donde acompañado de un compañero hice algunos pinitos con barbos y carpas.
Terminada mi etapa cuartelera decidí volver a la costa y me viene a Fuerteventura donde retomé mis salidas de pesca con caña, eso que siempre hemos llamado “pescar a fondo” y ahora llaman “surcasting”, cosas. Casi había olvidado empatar un anzuelo o preparar un bajo, un tirado, pero con migo volvía a estar mi Padre y fue como volver a coger la bicicleta tanto tiempo abandonada, salidas de pesca nocturnas en busca de los mejores bichos eran nuestro día a día por mucho tiempo.
Y así llega esto del “internet” descubriendo al poco tiempo otra forma de pescar, el “spinning”, mis ojos devoraban tertulias de pescadores con peces muy interesantes. Hasta que un buen día leo a un tal Mario decirle a sus compañeros de foro que estará ausente por unos días, se va a Fuerteventura. No me resistí, me registre en aquel foro Italiano de “Seaspin” para en un apartado dedicado a los Españoles poder enviar un mensaje privado al tal Mario y preguntarle si no le importaría que nos viésemos.
Eran las 5,00h am y sin poder vernos los rostros por fin tenía delante mía alguien que ya practicaba el “spinning” desde hacía algún tiempo, le acompañaba un tal Claudio más interesado en participar del ambiente de pesca y de inmortalizar con su cámara de foto instantes de captura, plantas, paisajes, amaneceres, etc que de la pesca en sí. Menudo trancazo tenía yo el día de esta foto.
Nuevos equipos, adiós a la carnada y vuelta a aprender nudos y maneras distintas de las hasta entonces practicadas. Mi Padre sigue persiguiendo bogas, besugos, viejas, herreras y yo sigo acompañándole, unas veces a su lado y otras muchos metros más allá pero siempre con un ojo puesto encima de él, ahora no por ver cómo lo hace sino por cuidar de él con sus casi 82 años de igual forma que él cuidó de mí con apenas 2.
Igual hasta me enseñó cómo tratar a las capturas...
...bueno igual no.