Como isleño tengo la fortuna de tener el mar a mi alcance y
además disponer de tiempo para poder ir a pescar. Aun así en ocasiones tengo
tiempos de “parón” por motivos varios.
Pierdes el ritmo de salidas y, al menos en mi caso, me
cuesta volver a retomarlo, lo que debiera ser buscar excusas para ir a pescar
se convierte en desgana.
Admiro a quienes no teniendo el mar cerca o aun teniéndolo
no disponen de tiempo para dedicarse a nuestra afición y no la pierden y resisten
el tiempo que sea necesario para volver.
Hoy he regresado tras uno de esos “parones”, he dedicado la
tarde al Rockfishing, he ido a esos pequeños que tanto juego dan, por su forma
de atacar, de bregar, su comportamiento extraño y su casi siempre presencia en
los pesqueros adecuados.
Los hay que se oponen a ser retratados.
Y los hay muy valientes u osados.
Seguimos en el intento…
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