07h/13h
Alejandro me recoge en casa y partimos hacia su puerto base a pocos kilómetros de la capital, su Quick Silver nos está esperando aun dormida pero con un cuarto de vuelta de llave se despierta y salimos por la bocaina del puerto rumbo E donde en el horizonte la calva rojita del Lorenzo comienza a aparecer, mar llana y viento calma, un gustazo.
Primera parada muy cerca para calentar brazos, mojar líneas, señuelos y engrasar molinetes, no ha servido para otra cosa porque ahí abajo no había nadie o nadie se ha dado por aludido.
Nos movemos en dirección S con la proa directa a la marca del GPS Plotter donde la sonda nos dice que hay peces a unos 20mts por lo que coloco un Ruber Jig en la Ilicium y tras algo de insistencia una Bicu de tamaño estándar se hace con él y viene a embarcarse con nosotros. Así hemos estado durante un buen rato hasta que, vista la poca actividad que tienen los bichos, decidimos darnos un paseo sondeando la zona para conocer piedras nuevas.
La sonda no nos enseña pescado ni fondos que nos atraigan mucho hasta los 200mts donde la irregularidad del mismo nos llama y optamos por hacer un rato el macho sin obtener recompensa.
Volvemos a la zona donde la Bicu se dejó ver y en la primera bajada Alejandro tiene la visita típica del ¡coño estoy pegado nada más llegar¡…..!leches estoy enrocado¡….! pues no, estoy pegado¡….pero ya es tarde.
Picada clásica de Mero, jig que viene llegando a la profundidad, Mero que ve el jig y va a por él, lo toma y el jigger piensa que ha tocado fondo, cierra pickup y cuando intenta bombear nota presión, sorpresa inicial que se convierte en decepción al pensar que se ha enrocado, preciosos dos tres segundo que aprovecha el Mero para irse a su refugio salvador, cosa que nota el jigger, pero ya es tarde. Y no era malo.
Ya en nuestra retirada cerca del puerto base una bola de carnada da otra buena picada a Alejandro, es un Pejerrey del que no hace muchos minutos me he quejado por su falta de presencia, llegando a la banda del barco un cabezazo ha embarcado el jig y él se ha ido por donde lo traíamos.
Y esto es todo lo que se puede contar de una bonita mañana de navegación.
Seguimos en el intento…
Alejandro me recoge en casa y partimos hacia su puerto base a pocos kilómetros de la capital, su Quick Silver nos está esperando aun dormida pero con un cuarto de vuelta de llave se despierta y salimos por la bocaina del puerto rumbo E donde en el horizonte la calva rojita del Lorenzo comienza a aparecer, mar llana y viento calma, un gustazo.
Primera parada muy cerca para calentar brazos, mojar líneas, señuelos y engrasar molinetes, no ha servido para otra cosa porque ahí abajo no había nadie o nadie se ha dado por aludido.
Nos movemos en dirección S con la proa directa a la marca del GPS Plotter donde la sonda nos dice que hay peces a unos 20mts por lo que coloco un Ruber Jig en la Ilicium y tras algo de insistencia una Bicu de tamaño estándar se hace con él y viene a embarcarse con nosotros. Así hemos estado durante un buen rato hasta que, vista la poca actividad que tienen los bichos, decidimos darnos un paseo sondeando la zona para conocer piedras nuevas.
La sonda no nos enseña pescado ni fondos que nos atraigan mucho hasta los 200mts donde la irregularidad del mismo nos llama y optamos por hacer un rato el macho sin obtener recompensa.
Volvemos a la zona donde la Bicu se dejó ver y en la primera bajada Alejandro tiene la visita típica del ¡coño estoy pegado nada más llegar¡…..!leches estoy enrocado¡….! pues no, estoy pegado¡….pero ya es tarde.
Picada clásica de Mero, jig que viene llegando a la profundidad, Mero que ve el jig y va a por él, lo toma y el jigger piensa que ha tocado fondo, cierra pickup y cuando intenta bombear nota presión, sorpresa inicial que se convierte en decepción al pensar que se ha enrocado, preciosos dos tres segundo que aprovecha el Mero para irse a su refugio salvador, cosa que nota el jigger, pero ya es tarde. Y no era malo.
Ya en nuestra retirada cerca del puerto base una bola de carnada da otra buena picada a Alejandro, es un Pejerrey del que no hace muchos minutos me he quejado por su falta de presencia, llegando a la banda del barco un cabezazo ha embarcado el jig y él se ha ido por donde lo traíamos.
Y esto es todo lo que se puede contar de una bonita mañana de navegación.
Seguimos en el intento…
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