Aquellos que tenemos por afición más que por deporte la practica de la pesca buscamos un objetivo final y común a todos los pescadores, evidentemente es un pez. Desde pequeños o desde que comenzamos a pescar siempre se nos ha metido en la cabeza que el éxito está en el pez más grande y pocos son los que habrán escapado a esa máxima.
Como en todo, vamos evolucionando, cambiando y muchos se percatan de que coger un pez grande es fantástico y lo es, sin embargo, para mí, hay dos cosas en común en la captura de un pez menor o un pez mayor, la primera es la satisfacción y la segunda la sensación.
La satisfacción está claro que la conseguimos una vez nuestro objetivo ha sido conseguido, un pez, muchos, grande, pequeño o muy pequeño, etc etc es la conclusión del objetivo perseguido con éxito, le tenemos, lo hemos sacado.
La sensación dirán muchos que es el estado, entre otros, de la satisfacción y no digo que no, pero la sensación abarca mucho más, tanto que hasta un simple roce con el fondo hace saltar todos los sentidos, un ataque fallido a la muestra nos levanta el ánimo, la simple visión de peces comiendo a nuestro alrededor nos dibuja una sonrisa en la cara, un lance bien hecho es reconocido por nosotros mismos al instante, el nadar o movimiento de una muestra nos produce alegría, observar a los compañeros de pesca..... y aun no hemos cogido un pez.
¿Entonces?
Pues, difícil de explicar, pero es ese entonces el que marca muchas diferencias, es como llegar a un cruce de caminos sin saberlo y optar por un camino que te agrada, te llena, te satisface por las sensaciones que recibes.
¿Dónde está la diferencia entre capturar un pez grande o un pez pequeño?
Para mí está en la forma, en el cómo, en el equilibrio del con qué. Un pez de diez gramos capturado con una línea de tres libras, una caña de acción de cero a cinco gramos y una muestra de dos gramos y medio, aunque para algunos resulte raro, a muchos les/nos produce tantas sensaciones como la captura de un pez de cinco kilos con una línea de diez libras en una caña acción de diez a treinta gramos y una muestra de veintiocho.
¿Renuncio entonces a capturar peces?
Evidentemente no, sigue siendo el objetivo y una vez capturado todo finaliza por unos instantes, solo nos queda la decisión de devolverlo a su medio o llevarlo a casa para comerlo. Si lo devolvemos a su medio tenemos muchas posibilidades de que vuelva a producirnos tantas sensaciones y tanta satisfacción como la primera vez que lo capturamos o se las produzcan a otro pescador, en definitiva es lo que muchos llamamos practicar una Pesca Recreativa Responsable.
Massimo plantea en su comentario del post anterior que la practica del Rockfishing al ir más enfocada hacia los peces más pequeños pueda ser perjudicial para los pesqueros, creo que no es la modalidad la que amenaza nuestros pesqueros, es el pescador y siempre será el pescador el que con su mentalidad hará que los pesqueros estén mejor o peor.
En nuestro caso, el Spinning, el Jigging, el Rockfishing y cualquier otra modalidad practicada con muestras para capturar un pez no es sino el medio usado para obtener sensaciones y la satisfacción final de haber conseguido el objetivo, incluso en ocasiones hay satisfacción sin haberlo conseguido, podrá gustar una u otra modalidad y el hecho de que nos guste es porque las sensaciones que obtenemos practicándola nos agrada.
Así lo veo yo, más o menos.
Seguimos en el intento...